El clip fue dirigido por Joseph Kahn y sí, hay insinuaciones varias de alcoholismo, sexo y violencia, pero habida cuenta de las relaciones “complicadas” que atravesaron en la vida real Eminem con su ex Kim Maters y Rihanna con Chris Brown, Megan ha decidido donar sus honorarios a un refugio de mujeres y familias que sufren violencia doméstica en Los Angeles, que ofrece alojamiento, asistencia legal y soporte psicológico.
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